‘Deadpool 2’, un último grito de protesta

Antes de que Disney engullese el mercado de los superhéroes, dos sagas de cómics consiguieron escapar de sus cazadores de derechos. Éstas dos sagas pertenecían a FOX, una era la de los X-Men, que me ha dado tantas alegrías como disgustos en la gran pantalla, y la otra era la del Mercenario Bocazas. Deadpool 2 supone un último grito de protesta, ahora que FOX ha sido adquirida por Disney, y con ella, los últimos marvelitas independientes del gran imperio.

Deadpool y Logan realizaron una crítica contra el parque de atracciones del Capitán América y los suyos, una desde la comedia más gamberra y otra desde el drama más adulto. James Mangold se encargó el año pasado de dirigir Logan, un trágico canto a la vejez emocional de la máquina de dinero que son los justicieros enmascarados. Era un maduro estudio de la humanidad de Lobezno, viendo que no es oro todo lo que reluce y que, aunque sus habilidades le permitan regenerarse, son muchas desgracias en su pasado las que le hacen desear la muerte.

Si Logan le enseñaba a Disney la tragedia que ellos nunca se atreverían a rodar, Deadpool le escupía a la cara. Fue promocionada como una comedia romántica, estrenada cerca de San Valentín, y su éxito no pudo ser mayor. Mezclaba una historia llena de ritmo con un humor descarado y delirante. Era, en definitiva, una muy buena película de comedia, plagada de burlas a la gran industria.

Después del éxito de la primera, el presupuesto para Deadpool 2 era mayor. David Leitch, responsable de John Wick y Atómica, vuelve a la dirección en esta secuela, desencadenando su particular visión de la violencia y del uso de la música. Es un director novato, pero parece saber cómo darle un toque personal al cine de acción. Y es que las peleas en esta película son extensas y coreografiadas al milímetro.

Otro elemento a tener en cuenta es Josh Brolin, que parece querer entrar por la puerta grande en el universo Marvel. Aunque su interpretación de Thanos en Infinity War es inmejorable, la que hace aquí con Cable es sobresaliente. Interpretando a un viajero del tiempo, que intenta arreglar las cosas en el pasado para evitar una tragedia en el futuro. En su misión se encuentra con Deadpool y su pandilla, lo que da pie a situaciones tremendamente cómicas.

He pasado una tarde de lo más divertida viendo Deadpool 2. Los chistes están muy bien traídos, y el desarrollo de la trama es interesante, aunque tenga sus altibajos. Esperemos que la gran industria tome ejemplo y apuesten por este tipo de historias para que podamos seguir riéndonos con el mejor humor ácido sin dejar de lado la calidad narrativa.

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