Joel Coen estrenará el próximo año The Tragedy of Macbeth, una nueva adaptación de la obra de Shakespeare protagonizada por Denzel Washington Lord y Frances McDormand.
En 1948, Orson Welles, quien ya había asombrado al mundo unos años antes con Ciudadano Kane (1941), realizó su primera aproximación al mundo de Shakespeare a través de la tragedia de Macbeth, a quien interpretaba él mismo. En su extraordinaria versión, de poco más de cien minutos, destacan los juegos de sombras, el espíritu teatral y por supuesto su interpretación.
Nueve años más tarde, en 1957, Akira Kurosawa estrenó Trono de sangre, también basada en Macbeth. En la versión del cineasta japonés, más libre y menos fiel al texto original, la presencia de la violencia es mayor que en la de Welles, y, al ser personajes orientales, la visión tradicional que tiene el espectador sobre la obra cambia notablemente.
Tras el asesinato de su esposa Sharon Tate a manos de los secuaces de Charles Manson, Roman Polanski se refugió en Europa. Llevaba sin rodar una película desde Rosemary’s Baby (1968), así que a comienzos de la década de los setenta se embarcó en una nueva adaptación de la tragedia de Shakespeare. Con Jon Finch como protagonista, quien luego rodaría con Hitchcock la excepcional Frenesí (1972), el director polaco hizo una versión más cinematográfica que las anteriores, con amplios paisajes de Gales y más realista.
El remordimiento que siente Macbeth es mostrado en las tres de una forma explícita. También sus pesadillas. La culpa se va apoderando de él de una manera casi insoportable para el espectador. En ese sentido, se trata de tres obras absolutamente impactantes, cada una a su manera.
No está de más recordar otra magnífica versión, del año 2015, en que la que Michael Fassbender daba vida al famoso personaje de manera inmejorable. Veremos qué novedades aporta Joel Coen, que el año que viene estrenan su visión particular de la tragedia, y que ha escogido a un actor negro, Denzel Washington, para interpretar al protagonista.
