El iPad Pro es la tableta de Apple destinada a usuarios que buscan un equipo en movilidad a la par que potente, con una pantalla táctil y con una gran autonomía.
- ¿Cómo utiliza un profesor y un estudiante el iPad Pro en su día a día? ¿Qué aplicaciones usan? En el último episodio del pódcast El Quincenal hablamos con Jesús Redondo y Pablo Asekas sobre su uso del dispositivo.

A medio camino entre un ordenador y un teléfono. Así fue como Steve Jobs definía en el año 2010 el lugar que ocuparía el iPad, y por ende, las tabletas. Una tercera categoría de dispositivos inexistente hasta ese entonces que encontraría rápidamente un hueco en el mercado. El problema del iPad hace diez años era, principalmente, debido a las limitaciones en cuanto a potencia y a que era un producto todavía inmaduro; ahora, a causa del sistema operativo y el catálogo de una tienda de aplicaciones que todavía no está a la altura.
El iPad, según Apple
El presidente ejecutivo de Apple, Tim Cook (Alabama, 1960), entiende el iPad como un dispositivo que debe diferenciarse de un ordenador. Cook se muestra contrario a la idea de que los ordenadores y tabletas acaben por converger en un solo dispositivo, ya que de lo contrario «la experiencia podría no ser la que quiere el cliente quiere […] y empezaría a haber compromisos». Diseñar programas para equipos con prestaciones muy diferentes puede suponer un lastre. La estrategia de un único sistema operativo para múltiples dispositivos es la que Microsoft ha llevado a cabo en los últimos años y las Surface son el resultado de ello.
«Para mucha gente el iPad Pro es un sustituto del portátil y del ordenador de sobremesa. Empezarán a usarlo y se darán cuenta de que no necesitan nada más», afirmaba Tim Cook en el año 2015. Apple no se limitó a implementar un panel táctil en su gama de ordenadores portátiles, sino que optó por abrirse camino en dos senderos diferentes: potenciar el iPad y continuar el camino ya recorrido con los Macs. Pero, ¿qué tipo de usuarios pueden llegar a reemplazar su ordenador por una tableta?

A grandes rasgos, el público al que está dirigido el iPad Pro son personas que realizan algún tipo de trabajo creativo como ilustradores o fotógrafos, o bien que buscan reemplazar el ordenador que utilizan actualmente para realizar tareas como buscar información, revisar redes sociales, ver vídeos o escribir en un procesador de texto. Existe también un grueso de usuarios que buscan un equipo con las últimas prestaciones para jugar o ver contenido multimedia. Los usuarios de productos de la marca suelen ser seguidores leales que priman dispositivos rápidos y con funcionalidades avanzadas.
Con el lanzamiento de la campaña de mercadotecnia titulada 5 razones por las que el iPad Pro puede ser tu próximo ordenador, Apple buscaba convencer a los usuarios de las virtudes de su producto.
Las 5 razones para convencer a los usuarios y que compren el iPad Pro
1
Potencia
«Es más potente que la mayoría de ordenadores», afirma uno de los últimos comerciales. No estaría de más recordar que la potencia puede no verse traducida en un aumento en la productividad. De nada sirve que un coche monte un motor de cuatrocientos caballos de potencia si las carreteras por las que va a circular estarán limitadas a 20km/h. El iPad Pro hace la mayoría de las tareas sin despeinarse, algo que puede resultar beneficioso a largo plazo, ya que permitirá que el iPad pueda ser usado durante un tiempo mayor sin necesidad de actualizar a un modelo más reciente.
2
Es un dispositivo multipropósito
Si bien es cierto que existen aplicaciones que permiten editar vídeos, fotografías o audio, a la hora de utilizarlas no llegan a ser tan completas como lo son los programas disponibles en Windows o MacOS. En la actualidad no hay una versión de Final Cut Pro o Logic Pro para iPad y han sido los desarrolladores externos a Apple los encargados de ofrecer soluciones. ¿Cómo se espera que los usuarios utilicen el iPad Pro para trabajar cuando las herramientas disponibles son inexistentes o son ofrecidas por terceros y han tardado en llegar como en el caso de Adobe? Las aplicaciones deben ser vistas como versiones descafeinadas que pueden ofrecer soluciones rápidas y no demasiado complejas. Las limitaciones del sistema operativo también suponen en algunos casos un lastre para los desarrolladores.
En cambio, si lo que se desea es consumir contenido, el iPad Pro no tiene rival gracias a su increíble pantalla y a los potentes altavoces que incorpora. Ver una película en Netflix, un vídeo en YouTube o leer el periódico es una experiencia muy satisfactoria, es como sujetar internet en las manos.
3
Mobilidad y conectividad
Esta es una de sus principales bazas. Si lo que busca es un equipo para trabajar fuera de casa, el iPad Pro tiene pocos rivales a la altura. La batería del dispositivo (9720 mAh en el modelo de once pulgadas) permite trabajar durante largos periodos de tiempo sin necesidad de conectar el dispositivo a la toma de corriente, por lo que es perfecto para trabajar, por ejemplo, durante viajes en tren o en avión.
El modelo con conectividad 4G permite utilizar funcionalidades que requieran de una conexión a internet en todo momento sin necesidad de una red wifi o un anclaje de red. La cámara frontal es perfecta para realizar videoconferencias por su gran calidad de imagen.
4
Intuitivo
La curva de aprendizaje de iPadOS, el sistema operativo que utilizan las tabletas de Apple, es cuando menos pronunciada. El usuario probablemente se verá abrumado inicialmente por la cantidad de nuevos gestos que tendrá que aprender. En cada nueva versión se añaden nuevos gestos con la intención de facilitar y agilizar ciertas tareas: juntar tres dedos para copiar un texto, juntar cinco dedos sobre la pantalla para cerrar una aplicación de la multitarea, pellizcar con dos dedos sobre el teclado para reducir su tamaño… Usar iPadOS requiere de una inversión considerable de tiempo para aprender y adaptar los flujos de trabajo. El usuario deberá valorar si está dispuesto a hacerlo.
5
Apple Pencil
El Apple Pencil puede ser una gran herramienta para tomar notas en reuniones, apuntes o hacer bosquejos rápidos. El trabajo de Apple con el Pencil es sobresaliente. Es un accesorio que ofrece una alta precisión y que puede llegar a ser muy útil para ciertos usuarios como, por ejemplo, los estudiantes. Por el contrario, los usuarios profesionales pueden encontrar mayores ventajas en tabletas gráficas o pantallas con una precisión de color mayor.
El iPad para profesores y estudiantes, dos casos de uso


«Yo utilizaba el iPad como si fuera una mezcla entre un ordenador y un cuaderno», nos explica el ingeniero de software y bloguero tecnológico Pablo Bermejo. «Lo utilizaba como un ordenador porque ahí almacenaba todos los apuntes y documentos que me facilitaban los profesores y navegaba por internet durante las clases para buscar información extra; lo utilizaba como un cuaderno porque, junto al iPad, yo tenía un stylus y gracias a una aplicación de escritura era capaz de tomar apuntes manuscritos, como si de un cuaderno se tratase pero con todas las ventajas electrónicas que aporta el iPad».
Pablo lleva utilizando un iPad Pro desde 2017. Cuando era un estudiante universitario era el dispositivo que usaba debido a su gran versatilidad y a las funciones de aplicaciones como Notability o GoodNotes. «A día de hoy, el uso que le doy al iPad Pro es bastante más reducido. Ahora mismo lo utilizo principalmente para navegar por internet, consultar y contestar correos, consumir contenido en formato de vídeo y de, vez en cuando, para tomar apuntes».

«Realmente era un reto el tratar de hacer las cosas con el iPad porque en la escuela en la que trabajo utilizamos Google Apps, y las versiones de las aplicaciones que había para iPad no estaban a la altura», nos cuenta el profesor de español y podcaster Jesús Redondo. «Lo que usaba era básicamente el navegador, que es como trabaja Google. Ahora que hay una versión de Safari de escritorio completa, digamos que nos estamos acercando. Cada vez voy encontrando menos problemas a la hora de organizar mis flujos de trabajo. Tengo muchas esperanzas en que las dificultades que voy encontrando se vayan resolviendo y cada vez más rápido».
Pablo Bermejo cree que a la hora de plantearse utilizar un iPad para trabajar entra en juego «el nivel de conocimiento como usuario de la plataforma y en general de conceptos informáticos, el número de aplicaciones disponibles para poder realizar las tareas y, sobre todo, el encontrarse cómodo con un sistema que es distinto a todo lo que uno ha estado utilizando».
La tienda de aplicaciones de Apple, la App Store, cuenta con más de dos millones de aplicaciones disponibles. A la hora de dar el salto y empezar a trabajar con el iPad, es importante conocer de antemano si las herramientas que estarán a nuestra disposición ofrecen posibilidades similares a la versión de escritorio. «El problema está en que dependiendo del fabricante del software se va a encontrar con que a lo mejor obtiene una versión reducida y no puede hacer todo lo que haría. Yo por ejemplo usaba Pixelmator para editar las fotografías y podía editar incluso los archivos RAW de las fotografías».
¿Puede trabajar un estudiante solo con un iPad? «Si no tenemos en cuenta los distintos programas propietarios y específicos que pueda tener una asignatura —nos dice Pablo— como pueden ser, por ejemplo, un compilador de código, un mapeador o un generador de planos, y ponemos sobre la mesa el típico rol de un estudiante que va a clase y recibe una lección, sí, desde luego, es ideal. Ahora bien si pretendemos que con el iPad podamos ejecutar AutoCAD o compilar aplicaciones u otro tipo de tareas mucho más concretas, pues evidentemente no, porque no va a estar disponible o, en el caso de que esté disponible, sea una versión limitada de lo que nos vamos a encontrar en el ordenador».
¿Once o doce pulgadas?

Apple ha tratado de paliar los defectos del iPad Pro en los últimos años. Con el distanciamiento del sistema operativo con respecto a la versión para iPhone mediante la creación de iPadOS, ha sido posible mejorar los flujos de trabajo e incorporar funciones que solo tienen sentido en una pantalla más grande. La inclusión de un puerto USB-C en 2018 y el soporte para discos duros y cámaras, posibilitó trabajar con una gran variedad de accesorios sin necesidad de adaptadores. La comercialización de una funda con teclado fue un avance en el camino correcto, pero el soporte para ratones de forma nativa y el nuevo Magic Keyboard con trackpad integrado ha supuesto el empujón definitivo.
Actualmente Apple comercializa dos modelos de iPad Pro con un rango de precios diferentes y características muy similares. La principal diferencia entre los modelos son las dimensiones de la pantalla (11 o 12.9 pulgadas) y las configuraciones en la capacidad de almacenamiento (128 GB, 256 GB, 512 GB o 1 TB). Ambos montan el mismo procesador, disponen de la misma cantidad de memoria RAM (6GB), ofrecen la misma duración de batería y son compatibles con los mismos accesorios.
A la hora de decantarse por comprar uno u otro, Jesús Redondo cree que aquellos que «han tenido una experiencia con un dispositivo con una pantalla que no es necesariamente muy grande, a lo mejor lo que más valoran es la portabilidad y probablemente se sentirán más cómodos con algo alrededor de las 10″ o 11″; para una persona que está pensando en usarlo ocasionalmente como si fuera un portátil, entonces yo le recomendaría que fuera por el modelo de iPad Pro de 12.9 pulgadas porque la diferencia es abrumadora, es cuando realmente se puede sacar más partido de las opciones de la multitarea».

Con el lanzamiento del Magic Keyboard, Apple, que hasta entonces estaba sobrevolando a una cierta distancia el terreno de los convertibles, empieza a ganar cada vez más terreno a productos como los de la gama Surface de Microsoft. Si el cliente quiere tener la experiencia completa, el precio del iPad Pro y los accesorios asciende hasta los 1353€, siempre y cuando se adquiera el modelo de entrada. «Yo a todos los usuarios les diría que lo más valioso que tienen ellos no es el dinero que tienen en la cartera o en el banco, si no el tiempo que tienen», afirma Jesús Redondo. «Deben pensar en la herramienta que mejor gestionaría su tiempo, con cuál estarían más satisfechos a la hora de hacer su trabajo y qué beneficiaría su gestión del tiempo».
¿Es un buen momento para comprar un iPad Pro? El último modelo disponible fue puesto a la venta el 24 de marzo de este mismo año. La gama de dispositivos iPad Pro, normalmente, suele actualizarse cada dos años. Las novedades que incluye el modelo de este año respecto al de 2018 son un mejor procesador, mejoras en la cámara e inclusión de un sensor LiDAR, más memoria RAM, inclusión del Chip U1 y compatibilidad con Wi-Fi 6. El modelo de entrada ahora parte de 128 GB de almacenamiento interno, a diferencia del de 2018 donde eran 64 GB. Los accesorios disponibles son compatibles con ambos modelos.
Apple aprende de los errores

Apple es una de las pocas compañías que ofrecen al cliente la experiencia del ecosistema definitivo: se encargan de crear y distribuir sus propios dispositivos, diseñan los programas y ofrecen servicios adicionales. La apuesta por los servicios se vio reforzada hace un año con el lanzamiento de Apple TV+ y Apple Arcade, que se sumaron a los ya disponibles como Apple Music o Apple Pay. El ascenso meteórico de los ingresos percibidos por los servicios, que se han triplicado en los últimos seis años, es la demostración de que la estrategia de Apple ha sido la acertada.
El modelo de acceso a aplicaciones bajo suscripción se ha extendido rápidamente entre los desarrolladores. Apple se lleva con cada suscripción dentro de una aplicación una comisión del 30% durante el primer año y en los años sucesivos Apple percibe un 15%, siempre y cuando el usuario siga suscrito. En el momento en el que el cliente deja de pagar la suscripción, pierde el acceso a la aplicación, sin importar la cantidad que se ha pagado con anterioridad o el tiempo que ha estado suscrito. Este modelo es el que utilizan aplicaciones como Hulu o Pandora y, si bien es cierto que no se encuentra solo presente en iPadOS, debido a que la App Store es la única puerta de entrada para nuevas aplicaciones, el usuario se encuentra a merced de lo que el desarrollador y Apple decidan, sin posibilidad de buscar alternativas. Pagar por alquilar puede salir caro a largo plazo.
¿Es posible trabajar en el iPad Pro? Sí, pero no todo el mundo puede hacerlo

El problema del iPad Pro se encuentra en que todavía estamos en un momento de transición y en que arrastra ciertos errores de concepción del dispositivo. El iPad era (y sigue siendo, en ocasiones) como un embudo: es perfecto si lo que usted busca es consumir contenido. En el momento en el que se pretende utilizarlo para realizar ciertos tipos de trabajos, como, por ejemplo, editar un proyecto de vídeo, las limitaciones del dispositivo se hacen más evidentes: cuanto más se intenta utilizar el iPad Pro como un ordenador tradicional, más problemas aparecerán. En muchas ocasiones realizar una tarea que en un ordenador no llevaría más que un par de pasos, en el iPad Pro se necesitan muchos más. Utilizar un iPad Pro para trabajar requiere un esfuerzo extra y reiterado para adaptarse a unos flujos de trabajo diferentes. La versatilidad que ofrece una pantalla táctil y los accesorios como el Apple Pencil o el Smart Keyboard, hacen del iPad un dispositivo que puede desempeñar ciertas tareas, pero que, a día de hoy, sigue siendo insuficiente para un número considerable de ellas. La decisión final sobre qué equipo utilizar es del usuario, y es quien debe valorar si las ventajas superan a los inconvenientes.
El iPad Pro está destinado a todas aquellas personas que quieren tener el ordenador del mañana en el presente. Un dispositivo para clientes madrugadores que quieren estar a la última. No todo el mundo puede trabajar con un iPad Pro, porque el número de aplicaciones que ofrecen una experiencia similar a las versiones de escritorio es todavía reducido. Las limitaciones del dispositivo requieren un cambio de mentalidad para poder exprimir al máximo las funciones que ofrece. El iPad, después de diez años, sigue siendo el dispositivo perfecto para consumir contenido, pero no solo de entretenimiento vive el hombre.