Guerra de formatos: qué fue del Betamax

Betamax fue un formato de vídeo analógico que nos transporta a un tiempo en el que la televisión disponía de una influencia en auge, una industria todavía en pañales que acabaría por transformar la forma en la que vemos el mundo.

Fotografía de Joel (CC BY-NC-ND 2.0)

La guerra de formatos que se inició en el año 1976 dio lugar a una competición por establecer un estándar y dominar el mercado de los reproductores de vídeo de uso doméstico. En el relato bíblico de Samuel 17 se narra cómo un muchacho carente de experiencia (David) logra derrotar a un guerrero curtido (Goliat) con un golpe certero aprovechando sus puntos débiles. Se trata de una batalla que se repetiría a lo largo de la historia con distintos protagonistas y con desenlaces dispares.

¿Por qué el Betamax perdió frente al VHS?

Normalmente los largometrajes se estrenan en televisión después de su exhibición en salas y home entertainment con la intención de obtener la mayor recaudación posible en el estreno de cada país. Con la aparición de los reproductores de vídeo doméstico se crea un nuevo paradigma en el que el espectador ya no está limitado a una programación previamente establecida.

Los reproductores de vídeo doméstico facilitaron que las casas productoras y distribuidoras comercializaran productos audiovisuales para una audiencia específica al haber un nicho de mercado cada vez mayor. El consumo de pornografía creció de forma gradual desde la década de los años setenta gracias a las posibilidades de comercialización de contenido de los nuevos soportes audiovisuales.

Las películas Blue Movie (1969) y Mona (1970) sentaron las bases en Estados Unidos de las películas con sexo explícito iniciando su popularización masiva en lo que se conoce como la edad de oro del porno. Los consumidores demandaban contenido de carácter pornográfico —solo en Francia los ingresos de venta directa de pornografía en vídeo ascendían hasta los cinco millones de dólares en el año 1981— ya que no tenían que desplazarse a un cine o abonarse a un servicio de televisión de pago.

Durante mucho tiempo se ha pensado que la pornografía fue la causante del declive del Betamax, debido a la feroz política de Sony de prohibir la distribución de contenido pornográfico en formato Beta. El gradual éxodo por parte de los consumidores a la competencia es más complejo y obedece a otros factores como el precio del producto, la duración de las cintas, el número de fabricantes que apostaban por cada formato o las estrategias de promoción del producto.

¿Era el Betamax mejor que el VHS?

Las negociaciones de Sony con otros fabricantes para establecer alianzas con la intención de crear un estándar de VCR fracasaron estrepitosamente y JVC (una de las empresas convocadas a las reuniones) vio viable lanzar al mercado su propio dispositivo en el año 1976 con la información compartida por Sony previamente.

La tecnología del Betamax ofrecía una calidad de imagen y sonido sin precedentes que el VHS (Video Home System) tardó en igualar al haber apostado por una estrategia de liderazgo en costes. Sony optó por un enfoque comercial en el que se ensalzaban las virtudes técnicas de su producto respecto a la competencia, pero la mayor parte de los hogares de la época no disponían de equipos de alta gama haciendo inapreciables las virtudes del Betamax.

Cuando el VHS salió al mercado ofrecía grabaciones de hasta dos horas (una más que el Betamax). La respuesta inmediata de Sony para hacerle frente fue la comercialización de un mecanismo para intercambiar las cintas una vez llegaban a su capacidad máxima que estaba lejos de solucionar el problema —posteriormente se pusieron a la venta nuevos modelos de Betamax que acabaron por fragmentar el mercado. El VHS alcanzó las 6 horas de duración cuatro años después de su lanzamiento, pero Sony necesitó tres años más (1982) para poder superar esa cifra.

Algunos fabricantes licenciados de VHS como RCA crearon dispositivos con cintas de mayor duración para que los espectadores pudieran grabar, por ejemplo, los partidos de fútbol americano sin preocuparse por alcanzar el límite de grabación.

La gran mayoría de los consumidores se conformaron con un dispositivo más barato y prefirieron una duración de las cintas mayor antes que una mejor calidad de imagen y sonido.

El VHS acabó por imponerse como el estándar, la apuesta de JVC de licenciar su tecnología a otras empresas y comercializar su producto a un precio menor que la competencia resultó ser la certera. David logró derrotar a Goliat. Sony empezó a fabricar reproductores de VHS en 1988 al ver como las ventas de Betamax eran cada vez menores, siendo uno de los últimos intentos y una de las propuestas más interesantes gracias a su diseño y prestaciones táctiles el SL-HF2100 (lanzado al mercado en el año 1991) para frenar el avance implacable del VHS. En el año 2015, el Betamax fue descatalogado definitivamente.

La pornografía no mató al Betamax, sino un cúmulo de errores arrastrados desde su concepción por parte de Sony.

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